miércoles, 14 de enero de 2009

GANALTO...¡qué susto me pegó el caballo!

  • DURACIÓN: 5 horas con ida y vuelta
  • TIEMPO: Pues hacía sol pero engañaba porque en la cruz hacía bastante viento
  • MEDIO: Hierba en su mayoría al principio y al final, así que muy cómodo para mí. Pero hubo dos impedimentos: 1.- Hay una valla al principio que me costó pasar, me pasaron aúpas. 2.- Hay un tramo por la mitad de la ruta, tras el cortafuegos en el que el sendero se estrecha y además tengo que pegar un pequeño saltito, pero subí sin problemas.
  • DUREZA: El principio es por un cortafuegos así que algo durillo, pero el resto relajada porque es un paseo.
  • CAZA: Mogollón, a parte de las lagartijas de siempre también hay vacas y caballos, una delicia para mi olfato. Imposible dejarme suelta.
  • PUNTOS DE AGUA: Debía de haber algunas pozas por ahí arriba pero no las vimos. De todas maneras a la bajada hay unas escaleras por donde cae mucha agua.
LA RUTA:


Nos fuimos a un pueblo que se llamaba La Tortura y allí, en medio de la carretera como quien dice, dejaron el coche.

Nada más bajar me puse a olisquear para encontrar un sitio para hacer caca. No sé por qué, pero siempre que vamos de ruta me entra como diarrea. Pues allí dejé mi regalo, en un camino junto a una iglesia.

El camino era muy cómodo, tenía algo de barro pero a mí me daba igual porque luego me lamo las pezuñas y ya está, pero ellas llevaban polainas.

De repente...:


Una cabeza...

Un hueso...


Madre mía, mis deseos se habían hecho realidad. Quién me iba a decir que paseando tranquilamente por el monte me iba a encontrar con esas delicias sólo para mí. Me pareció muy sospechoso así que me quedé delante observando por unos momentos


Para cuando decidí lanzarme a zampar ya era tarde, Elena me tenía totalmente sujeta con la correa...Otra vez será.

Fuí andando y olisqueando por si encontraba algún otro hueso que no hubiese visto Elena, y pronto llegamos a una valla de esas con pinchos.

Me dispuse tranquilamente a pasar pero éstas se pusieron como locas y no me dejaron porque decían que me estaba pinchando (¿qué será pinchar?), así que la que montaron, con mis 25 kilos no sé cómo pero me cogieron aúpas y me tiraron (al pie de la letra) al otro lado de la valla. De verdad, hay veces que me montan unos numeritos... Lo siento pero no tengo foto de la famosa valla porque se pusieron a hacerse videos como si pasar una valla fuese algo del otro mundo.

Tras la valla la cosa se empezó a poner dura porque había que subir por un cortafuegos. Mientras Elena jadeaba yo me entretenía saltando de lado a lado del cortafuegos cosa que a ella no le gustó porque decía que bastante tenía ya con tirar de ella misma como para tener que tirar también de mí. Tendrá morro, si normalmente soy yo la que tiro.


Después del cortafuegos el camino se estrechó así que nos íbamos tropezando un poco.


Y cuando terminó el camino éstas se acojonaron un poco porque había que salvar un trozo de piedras lo que requería echar pata, pero chicos, yo lo pasé más chula que nadie y conseguí llegar sana y salva a la parte de arriba. En la foto podeis apreciar por dónde subí (el lado izquierdo de la foto) Soy una máquina del trepar.


Después vino el paseo. A ellas les pareció un poco rollo porque tuvimos que andar como una hora por llano recorriendo toda la parte de arriba. Pero yo me lo pasé muy bien. De vez en cuando se acercaban al borde a ver el paisaje. Yo también.


Aunque cada vez que se paraban se tiraban media hora, así que yo aproveché para mirar a ver si estaba por ahí la lagartija de aquel día del Aratz. No la encontré.

Por fín continuamos pateando un montón de tiempo y al fín llegamos a la famosa Cruz de Ganalto. Para mi sorpresa parece ser que acababa de pasar gente por allí y había dejado la huella de sus almuerzos: LAS MIGAS. Bueno... me van a tener que contratar para el servicio de limpieza de cruces de montes porque dejé eso limpísimo, me puse morada de migas de pan y de restos de frutos secos, ¡qué banquete!


Así que cuando Elena me puso el pienso no tenía ni pizca de hambre, aunque me lo pensé, no os creais.



Pero no había manera, era pensar en el pienso y me entraba un asco...hombre, si hubiera sido un bocata de chorizo ya me lo habría comido, pero pienso... Así que como no quería tenía que disimular, entonces decidí mirar a otro lado para hacer como que yo no había visto nada.


Como hacía mucho frío allí arriba aunque hiciese sol, nos fuimos en cuanto terminaron el bocata (no me dieron, menos mal porque me lo tendría que haber comido porque soy perro, y estaba llenísima).

Comenzamos a bajar y llegamos a una campa. Yo estaba a mi rollo, recordando los diferentes olores de las migas, por lo que no me di cuenta de que se habían parado. Cuando de repente me dió por girar la cabeza hacia atras y: ¡Auuuuuh uuuh uuuh uuuuh uuuh uuuuuuh! (MADRE MÍA QUE BICHO MÁS GRANDE) ¡QUÉ SUSTO ME DÍ!. Tenía encima de mi cabeza una cabeza de caballo el triple de grande de la mía. Me puse a ladrar de susto, y éstas en cambio se rieron de mí. Mi orgullo de perra de caza se quedó por las patas ese día.


Tras el susto, yo todavía con el rabo entre las piernas, seguimos bajando.

Al cabo de una rato llegamos a unas escaleras por donde corría mucha agua. Al principio huí, no me gustaba porque estaba muy fría y no me apetecía mojarme las patas.


Pero luego lo pensé mejor y bebí, bebí y bebí, ya que los aullidos me habían dejado seca. Qué rica me supo, tan fresquita.

Tras el descanso para beber agua en unos 10 minutos lllegamos al coche. A diferencia de otras veces que me resisto, esta vez subí enseguida al coche y me tumbe. Fui durmiendo hasta casa. Eso sí, en sueños no me podía quitar la imagen de esa pedazo cabeza de caballo ¡Auuuuuh uuuh uuuh uuuuuh uuuh uuuuuuh!

2 comentarios:

  1. De verdad que además de mala vista tienes mala memoria Luna, QUE NO TE LANZAMOS POR ENCIMA DE LA ALAMBRADA, que te tuvimos que pasar por debajo levantando una los pinchos y la otra empujándote el culo... ¿Pero tu crees que íbamos a cargar con los 25 kilos de "cacho perra" que eres? De verdad que, menos mal que estoy aquí para controlar lo que cuentas :-)

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  2. Muchas gracias, ya sabes que a los perros se nos olvida todo enseguida, eso pone en el libro que regalaste a Elena ¿no?

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