- DURACIÓN: 4 horas y 45 minutos ida y vuelta
- TIEMPO: Muy bueno, daban malo aquel día pero resultó un día soleado, aunque a la vuelta la niebla quería empezar a entrar.
- MEDIO: Al principio camino con ramas debajo, algún tropezón ya me metí. El final con rocas pero las subí bastante bien aunque tenía mucha pendiente.
- DUREZA: Al principio hay que tirar bastante del amo porque es una fuerte cuesta que encima resbala un poco por el barro. La parte final también es durilla.
- CUMBRE: Qué de cruces, y se ve todo Guipuzkoa.
- CAZA: Bastantes ovejas, no me pudieron dejar suelta.
- PUNTOS DE AGUA: antes de llegar a la cumbre ¡ hay un bar !
- MAPA Y DESCRPCIÓN DETALLADA: http://bicisenderistasnovatas.wordpress.com/2008/11/05/ascension-al-hernio-1075-m-por-iturriotz-guipuzcoa/
RUTA:
Una vez terminado ese camino llegamos a una zona con mucha campa, imagináos qué gozada, desde allí ví cómo en el monte de enfrente había mogolllón de ovejas, unas ganas de ir a por ellas..., me encanta ver como corren todas juntitas, son unas miedicas.
Tras las campas el camino giró a la derecha y allí ya se podía ver el monte al que me quería subir, me dio una pereza inmensa a parte de un poco de miedo, porque desde ahí abajo parecía imposible que se pudiese subir ese monte.
Llegamos a una campita donde ¡había un bar!, pero éstas no quisieron parar, así que comenzámos la subida al monte.
Cuando llegamos arriba yo empecé a menear la cola de contenta, qué vistas, qué olores, qué de cruces para atarme para el bocata. Eso es, como Elena está acostumbrada a que en las cimas no haya dónde atarme para no molestar mientras comen el bocata, aquí con tanta cruz no sabía cuál elegir para la ocasión. Al final eligió bien, una en el borde borde como a mi me gusta y encima con un poquito de sombra.
Después de estar un rato allí arriba iniciamos la bajada, y cuando llegamos al bar se sentaron para tomar una cocacola y yo me tumbé, deseando que pidiesen un plato de esos que sacaba la del bar con huevos fritos, bacon, lomo etc.., ¡qué envidia me daban los que estaban al lado zampando!.
Quedándome con las ganas de toda esa grasa, seguimos el camino de vuelta (ya no estában las ovejas), y pronto llegamos al coche: ¡otro día más de paliza terminado!